Todos nos esforzamos por conseguir un buen kilometraje de combustible, independientemente del vehículo que conduzcamos. La mayoría de las personas que circulan por la carretera conducen vehículos con motores de gasolina o diésel. Los vehículos de propulsión eléctrica son un asunto totalmente diferente.
Aunque los motores diésel y de gasolina son diferentes, también tienen similitudes. Algunas de estas similitudes están relacionadas con los problemas que pueden surgir y que harán que consuman demasiado combustible y deterioren su economía de combustible.
La mayoría de los problemas de alto consumo de combustible están relacionados con algún tipo de problema del motor, ya sea que el problema esté directamente asociado con el motor o con alguna otra cosa en el coche que no permite que el motor haga su trabajo correctamente. Aquí tienes nueve de las causas más comunes de que tu coche consuma demasiado combustible.
Las 9 razones principales del consumo excesivo de combustible
1) Llevar demasiado peso
Una causa sencilla de un elevado consumo de combustible es que un vehículo lleve demasiado peso, tenga muchos objetos en el maletero, esté lleno de gente, lleve una caja de techo o arrastre un remolque.
Cuanto más peso lleve el vehículo, más se exige al motor que genere suficiente potencia para moverlo todo. En el caso de una baca, también te enfrentarás a una resistencia adicional al viento, lo que también afecta a tu MPG.
Siempre que necesites más potencia, ya sea a velocidad de crucero o acelerando, el motor tiene que quemar más combustible para conseguirlo. Como resultado, acabas teniendo que rellenar el depósito de combustible más a menudo.
Recuerda que el peso adicional que permite reducir el consumo de combustible suele ser proporcional a la cantidad de potencia de un coche. Por ejemplo, 100 libras más en una camioneta de tamaño completo no serán un gran problema, pero ese peso extra tendrá un gran impacto en el MPG de tu Smart.
2) Bujías defectuosas
Cuando las bujías están desgastadas, tendrás más fallos de encendido en tu vehículo, que consumirá más combustible. Tienes que asegurarte de que utilizas bujías de la mejor calidad posible, para que les saques el máximo rendimiento. Las bujías de iridio y las de platino son los dos tipos más populares.
3) Filtro de aire sucio
Hay muchas razones para tener un filtro de aire limpio, pero una de las principales es conseguir un buen ahorro de combustible. Si tu filtro de aire está obstruido o sucio, llega menos aire a la cámara de combustión, lo que hace que el motor trabaje mucho más para satisfacer las necesidades de potencia del conductor.
Esto puede incluso provocar un estado de funcionamiento rico en el que la mezcla aire/combustible no es óptima. Así que recuerda cambiar el filtro de aire con el intervalo recomendado por el fabricante del vehículo. El manual de tu vehículo contiene esta información.
4) Baja presión de los neumáticos
Los neumáticos de tu vehículo deben estar inflados a la presión de aire correcta, normalmente entre 32 PSI y 34 PSI en la mayoría de los vehículos. Un buen manómetro de neumáticos es algo que todo el mundo debería tener.
Si conduces un vehículo con baja presión en uno o todos los neumáticos, se produce un mayor desgaste y arrastre en esos neumáticos. Esto obliga al motor a trabajar más para compensar la resistencia extra, lo que significa que habrá que utilizar más combustible para impulsar el motor.
5) Sensor de oxígeno malo
Tu motor está equipado con sensores de oxígeno que controlan la mezcla de aire y combustible en la cámara de combustión interna. En función de lo que detecta, indica al módulo de control de la cadena cinemática que añada la cantidad correcta de combustible.
Pero si el sensor de oxígeno está defectuoso, el sistema puede añadir automáticamente más combustible aunque el motor no lo necesite.
6) Aceite de motor viejo
No sólo las bujías deben estar en buen estado, sino que también debes asegurarte de cambiar el aceite regularmente y sustituir el filtro de aceite. Con el tiempo, el aceite de motor se vuelve más espeso y tiene diferentes propiedades de flujo.
Por ello, hay una mayor resistencia en los componentes de tu motor. Esto significa que se necesita más combustible para mover un vehículo.
Ver también: Cómo deshacerse de la gasolina vieja
7) Cambios de marcha inadecuados
Esto es especialmente cierto con las transmisiones manuales, pero también se aplica a las automáticas con modos deportivos. No cambies de turno ni demasiado pronto ni demasiado tarde. Si intentas subir de marcha a un régimen demasiado bajo, el motor tiene que trabajar más para acelerar.
Por otro lado, si dejas constantemente el motor funcionando en el rango de rpm más alto de la banda de potencia porque disfrutas de la potencia extra, recuerda que también estás quemando mucho más combustible.
8) Conducir demasiado rápido
Lo creas o no, la diferencia entre ir a 80 MPH y a 70 MPH puede suponer un 25% más de consumo de combustible. Los dos factores que más contribuyen son la resistencia al viento y el engranaje. Por eso siempre es mejor respetar el límite de velocidad o acercarse a él lo máximo posible. De lo contrario, utilizarás más combustible del necesario.
Además, no aceleres cada vez que el semáforo se ponga en verde. Una aceleración suave te ahorrará mucho combustible, sobre todo cuando haya otro semáforo en rojo a pocas manzanas.
9) Aire acondicionado
Cuando utilizas el aire acondicionado, el motor se ve sometido a un mayor esfuerzo. Por tanto, tiene que quemar más combustible para satisfacer esta demanda. Utiliza la ventilación estándar, si es posible, o simplemente baja las ventanillas cuando conduzcas a baja velocidad, como en las típicas calles de la ciudad.
Recuerda que conducir con las ventanillas abiertas también quema más combustible porque las aberturas crean un efecto de arrastre que ralentiza el vehículo. Esto es especialmente cierto a altas velocidades, como en la autopista. En este caso, utilizar el aire acondicionado es la mejor opción.
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