Por qué el Ford Mustang King Cobra II de 1978 fue entre los peores Ford... De la historia

Cuando se trata de automóviles de Ford, ninguno es tan querido e icónico para toda la industria del automóvil como el Mustang. Introducido en 1964 como una alternativa entretenida y mucho más pequeña a los enormes muscle cars de su época, el Mustang captó un espíritu juvenil que ayudó a convertirlo en una leyenda absoluta. Una ojeada a las carreteras de en la actualidad te dirá el éxito que tuvo el Mustang, puesto que todavía se fabrican hoy día con exactamente el mismo espíritu que el original se propuso encarnar.

Aunque el Mustang fué un gran éxito y un vehículo de referencia para Ford, la marca ha tenido su cuota de descalabros y coches de mierda. Me vienen a la mente nombres desafortunados como el Pinto o el Edsel, pero para los fanaticos del Mustang, hay otro coche que les viene de perlas: el Mustang II.

El principio rector de los modelos de coches de extendida duración es progresar el vehículo con cada generación, retocándolo y actualizándolo por el camino, pero manteniéndose leal al espíritu del nombre. Pero para bastantes, el Mustang II fue mucho más una carnicería que una optimización.

Y lo que es peor, la edición particular del Mustang King Cobra II parecía una completa burla a los Mustangs de prominente rendimiento, lo que le valió la reputación de ser entre los peores coches que ha fabricado Ford. Pero, ¿por qué razón era tan malo? Sigue leyendo para descubrirlo...

Índice de Contenido
  1. Tiempos bien difíciles para el músculo americano
  2. Una nueva raza de caballos cojos
  3. Glorioso, pero de piel profunda
  4. ¿Odio justo o un tradicional incomprendido?

Tiempos bien difíciles para el músculo americano

Vía NPR

Los coches acostumbran a considerarse un producto de su tiempo, y en la situacion del Mustang II, esto era en especial cierto. Los inconvenientes han comenzado en 1973, cuando la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) lanzó una embargo de petróleo contra EEUU, cortando el suministro de gasolina en todo el país. El fuerte golpe que esto supuso para EEUU logró que la dependencia del país del petróleo extranjero en cuestiónpero, más que nada, dejó a los conductores de los enormes e ineficientes muscle cars sin comburente para alimentar a sus hambrientas bestias.

Las importaciones japonesas comenzaron a explotar la repentina escasez de combustible con sus pequeños y eficientes turismos económicos, asestando un golpe a la cuota de mercado de los desarrolladores de automóviles estadounidenses. El segundo golpe llegó en 1975cuando se realizaron las leyes de Economía de Combustible Media Corporativa (CAFE), que amenazaban con multas si los fabricantes de automóviles estadounidenses no reducían el consumo de combustible de sus turismos. Si bien estas leyes entrarían absolutamente en vigor en 1978, fue suficiente para asustar a los desarrolladores de automóviles a fin de que tomaran medidas radicales.

Esto fue un desastre para los muscle cars, ya que los grandes V8 en los que se fundamentaban sencillamente no podían cumplir estos objetivos sin dejar de prestar la potencia y la velocidad que los compradores demandaban. La mayoría de los grandes coches con motor V8 fueron sencillamente se eliminarony sólo sobreviven los "Pony Cars" mucho más pequeños, como el Mustang y el Camaro.

Una nueva raza de caballos cojos

Vía Motor1.com

Cuando te quitan algo grande, añoras los buenos tiempos de cuando lo tenías. Esto no fue una salvedad cuando se trató de los legendarios muscle cars de los años 60. Toda la supuesta promesa de mejora y el músculo definitivo del futuro habían desaparecido y habían sido sustituidos por coches patéticamente infradotados. La gente ansiaba que volvieran los días de los turismos americanos divertidos.

Ford hizo su intento al final de la primera crisis de la gasolina en 1974, presentando el Mustang II como un nuevo Mustang que supuestamente podía satisfacer las solicitudes de combustible y proveer al conductor un rato de diversión. Pero la segunda parte no era del todo cierta, ya que el Mustang II tenía 2 opciones de motor: un 4 cilindros de 2,3 L que sólo rendía 88 CV, o un V6 de 2,8 L con 105 CV. Con la opción V6, el 0 a 100 km/h tardaba 13 segundos, algo poco impresionante incluso para su época. La única gracia salvadora del Mustang II era dado que cumplía las promesas de un mayor ahorro de combustible, a costa de una potencia notable.

En 1975, no obstante, volvió la característica que definía a los Mustang anteriores, un 5.0L V8 por fin estaba libre nuevamente. Si bien el entusiasmo se desvaneció de manera rápida cuando la gente se percató de que había que estrangular un motor de mayor cilindrada para cumplir las nuevas leyes, lo que quería decir que este nuevo Mustang II V8 solo rendía 130 CV. Eran días oscuros.

Pero fue la oscuridad que rodeaba a los coches de prominente desempeño en aquella época lo que logró que el Mustang II se vendiese tan bien. Simplemente, era una de las únicas opciones que tenía la multitud para un vehículo que no fuera totalmente aburrido de conducir. Sorprendentemente, el Mustang II tuvo una de las mejores cifras de ventas de de año en año de producción del Mustang, con 400.000 Mustang II producidos en 1974.

Glorioso, pero de piel profunda

Vía Wheelsage

En el momento en que Ford resucitó el Mustang V8 en 1975, se consideró como un verdadero retorno a la manera. Así que, para celebrarlo, se lanzó una edición particular en 1976, conocida como el Cobra II. Pero esto era completamente la manera sobre la función, en tanto que el Cobra II solo recibía pintura y calcomanías particulares como "actualizaciones" (si se pueden llamar de esta forma).

Finalmente, en 1978, el Mustang II estaba listo para ser retirado, así que Ford decidió publicar otro paquete de novedades de edición especial, en esta ocasión, el King Cobra II. Y de nuevo, se trataba de un bulto compuesto enteramente por novedades cosméticascon exactamente el mismo V8 de 5.0L del Mustang II estándar, y sin verdaderas mejoras de rendimiento.

Pero es imposible negar que el King Cobra II tiene un aspecto muy atractivo, con guardabarros mejorados, pintura y gráficos personalizados y un kit de carrocería de adelante rediseñado. Por desgracia, no está compuesto por ninguna substancia real. Pero la intención era competir de forma directa con el bulto de aspecto negro y dorado de temática similar que el Pontiac Trans-Am de la época estaba disponible, y era popular sobre todo por.

¿Odio justo o un tradicional incomprendido?

Vía Late Model Restoration

Así, priorizaba el estilo sobre las prestaciones, tenía una capacidad patéticamente baja, es bastante feo (para la mayoría de la gente) y sencillamente no logró nada digno de mención. Es bastante fácil mirar atrás al King Cobra II, y a todos los Mustang II, y odiarlos por ser una horrible excusa para un Mustang. Pero el Mustang II estuvo entre las generaciones de Mustang mucho más vendidas de siempre, proporcionando un rayo de promesa a los entusiastas de los coches entretenidos.

Objetivamente comentando, el King Cobra II era un caso tradicional en el que la belleza es sólo superficial, en tanto que los gráficos salvajes y escandalosos señalaban la capacidad que no tenía. Pero esa hermosura es bastante excelente hoy día, ya que las líneas de la carrocería y los gráficos salvajes cada vez son más apreciados por los entusiastas de los coches, puesto que la industria automovilística de hoy se decanta por SUVs y Crossovers genéricos que toman señales de diseño de un Blobfish.

Pero el King Cobra II puede reconocerse como uno de los peores intentos de coche de altas prestaciones que haya salido de Ford, y asimismo como una atrayente nota a pie de página en la crónica de los muscle cars que exhibe lo pésimos que eran los tiempos. Apreciar esta dualidad hace que sea más simple aceptar el King Cobra II como lo que fue, un intento atormentado de mantener vivo el espíritu badass de los muscle cars.

Aunque es innegable que es un vehículo que no se ve, sin capacidad ni velocidad reales que respalden su aspecto, hay que ofrecerle el crédito que merece, en tanto que sin él y sin el Mustang II, es posible que no tengamos el Mustang que todos conocemos y amamos que se vende nuevo hoy día.

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