Hallazgo de Hemmings: Hot Rod Woodill Wildfire de 1954, muy raro
Bajo el capó, cualquier Woodill podía ser impulsado por casi cualquier cosa, pero este recibió un cambio bastante especial.
Rara vez aparecen en Internet coches tan raros que el anuncio tenga que explicar no sólo la historia del modelo, sino también la procedencia de toda la marca. Sin embargo, una publicación reciente en Hemmings es la excepción que confirma la regla y quizá uno de los bólidos más singulares del mundo. Es un Woodill Wildfire y se cree que es uno de los 25 ejemplares que sobreviven en el mundo.
Wood-What
Sin embargo, por mucho que el listado de Hemmings afirme que el coche es súper raro, uno de 25, o algo parecido, un artículo anterior de Hemmings que data de 2013 cita al profesor de Florida Geoffrey Hacker, quien dice que todo lo que se sabe sobre estos coches es probablemente erróneo. Sus cifras se sitúan más en el rango de que Woodill sólo construyó entre cinco y siete coches, mientras que unos 100 se vendieron como kits a coleccionistas. En cualquier caso, se trata de un coche raro en un estado lo suficientemente prístino como para ganar su clase en el Autorama de Detroit de 1956, así como en el Concurso de Amelia Island de 2015.
Bajo la piel
Bajo el capó, cualquier Woodill podía llevar casi cualquier cosa, pero éste recibió un cambio muy especial. Al parecer, en aquella época se recurría a la potencia de un Ford de cabeza plana, pero el motor de este coche se abandonó en 1957 en favor de un Chevy 283 con inyección de combustible bajo la autorización de Maury Rose, que era el jefe de la División de Carreras de Chevy. El motor va acompañado de una caja de cambios manual de tres velocidades procedente de un Lincoln Zephyr, con un engranaje lo suficientemente absurdo como para que el roadster de 2.200 libras alcance las 90 millas por hora en primera.
La Bella y la Bestia
El coche estuvo almacenado desde 1965 hasta 2011, cuando se inició una restauración a fondo. Se reconstruyó el motor, se desplazó la palanca de cambios 14 pulgadas hacia atrás, se recalibraron los frenos de tambor y se reforzó la carrocería de fibra de vidrio en puntos cruciales para mejorar su durabilidad. Sin duda, el precio de 79.000 $ parece más que justo, aunque la actual volatilidad del mercado en todo el mundo podría hacer que esta belleza se quedara un tiempo antes de que un comprador seguro pudiera desembolsar los fondos.
Fuentes: Hemmings
Si quieres conocer otros artículos parecidos a Hallazgo de Hemmings: Hot Rod Woodill Wildfire de 1954, muy raro puedes visitar la categoría .
Deja una respuesta
¡Más Contenido!